¿Cuando empezamos a perder la capacidad de ilusionarnos con las maravillas de la Vida?, ¿Cómo empezó ese proceso en el que lo importante dejó de serlo? ¿Cuantas oportunidades nos ha dado la Vida para volver a sentir aquello que sentíamos cuando nuestros ojos y nuestra mirada eran inocentes?.
Creo sinceramente que tenemos que reconquistarnos a nosotros mismos. De pequeño pasaba horas y horas con el sol en la espalda mirando las hormigas, hoy le llamaría a eso contemplación meditativa; las hormigas me enseñaron mucho, me enseñaron la grandeza de lo, aparentemente, pequeño. Hoy ya no soy un niño pero intento que mi actitud ante la vida sea la que tiene un principiante, alguien que empieza; aunque repita algo una y otra vez, siempre es distinto, nunca se cansa uno de hacer aquello que se ve con la mirada del principiante.
Pero no es una tarea fácil eso de disfrutar, aceptar, o vivir plenamente lo que nos toque vivir...frecuentemente nos dormimos, nos dejamos arrastrar, parece más cómodo.A los del rebaño no les gustan los soñadores, parece que nos dijeran con sus actitud. "no sueñes demasiado, es peligroso". Quizás lo sea, quizás sea peligroso soñar demasiado, pero es preferible a llevar una vida gris, sin color.
¿Cuando dejamos de dar importancia a las pequeñas cosas que dan el sentido a la vida?.
Siempre está uno a tiempo para que la espuma de las olas nos refresque la cara y una sonrisa nos atiborre el alma de felicidad...y ese...será el principio de la reconquista.
Este post está dedicado a mi buen Hermano del desierto Juanma, Un Hombre Bueno.
