viernes, 4 de julio de 2014
martes, 24 de junio de 2014
Impermanencia o el adíós a una etapa...
Todo es impermanente, todo llega a su fin, antes o después. Cuando algo nos gusta lo esprimimos como un limón, hasta la última gota. eso he hecho.
A la hora de despedirnos de algo o de alguien es bueno no hacerlo con una mirada torcida. El desierto me ha dado mucho, me dio la fuerza y el valor para creer en mí mismo de una forma desconocida, me hizo contemplar la belleza de una forma especial; soy consciente de que la belleza estaba allí, pero sobre todo estaba en mi mirada, cuando ésta cambió, el desierto se convirtió en un lugar de dónde querer escapar.
Son cuatro las ediciones en las que pisé las arenas, las cuatro son dignas de ser recordadas.
Tuve una buena despedida del desierto, la mejor, al atardecer cuarenta y cinco minutos de viaje en helicoptero desde el vivac a Errachidia, medité en la belleza de una forma desapasionada y despegada como sólo puede hacerlo quien siente la verdadera realidad de la impermanencia.
Hoy digo adiós a esta etapa y a este blog.
Pronto verá la luz otro blog donde mi nueva etapa se despliegue, si es que ha de hacerlo...
Otros senderos me esperan o eso creo, nunca se sabe, otros intereses.
Sed felices o, al menos, intentadlo
domingo, 4 de mayo de 2014
Te veo…me ves…
Carta a un buen padre…
Antes
de marcharte al otro lado dijiste que querías asistir al curso que imparto los
lunes y no has podido ir, por eso te cuento algo de lo que, en tu honor,
impartí a mis alumnos.
Sé
que estás, sé que eres y por eso sigues vivo dentro y fuera de nuestros
corazones.
Dicen
que el amor es ciego, pero no es verdad; sólo aquel que ama conoce de verdad,
puede ver de verdad. Existe una forma de ver y vivir la vida a resultas de esa
mirada, se llama conocimiento por amor, cuando amamos a alguien lo vemos de
verdad, esa persona es capaz de bajar las defensas, mostrarse tan cual es,
entonces aparece, en su esplendor ante nuestros maravillados ojos; el amor a la
vida te ha hecho sentirla, vivirla de esa forma especial, te ha convertido en
un ser humano con visión clara. Los que te amamos te hemos visto, hemos tenido
el privilegio de verte en tu más plena humanidad; cuando se ama, cuando se ve
de esta especial forma, el ser amado se convierte en perfecto en esa imperfecta
perfección que hace que no queramos que nada cambie. Te he visto, me has visto,
el amor ha hecho que no siendo mi padre te sienta como tal; como tú decías, tu cuarto hijo,
¡Qué enorme privilegio y honor!.
El
hueco que dejas es enorme y es proporcional al amor que nos profesamos. Son
momentos duros en los que sabes que estamos tristes y a la vez alegres de
tenerte en nuestras vidas pues hay cosas que son tan ciertas como la luna y el
sol, vives, estás en cada uno de los actos de bondad que realicemos en nuestras
vidas y que son consecuencia de tu enseñanza y modelo de vida. Perfectamente
imperfecto, con tu vitalidad y tu alegría de vivir, con tu amor por la vida nos
dejas un enorme legado, una enorme herencia que atesoramos como una preciosa
joya.
Pedirte
un pequeño favor, espérame al otro lado, quiero verte el primero cuando me
llegue la hora, con tu media sonrisa y tu mirada limpia.
Te
veo y me ves y eso no cambiará...
Escrito desde la cara luminosa de la luna
jueves, 1 de mayo de 2014
ALGO OSCURO SE ESCONDE EN LA OSCURIDAD…
Somos seres humanos, seres
que albergan en su interior la capacidad de brillar, pero dentro de nosotros
habita algo oscuro, esa parte de nosotros egoica y tendente al apego; necesitar
algo es ser esclavo de ese algo. No te vas dando cuenta pero la oscuridad escondida,
esa que no puedes ver, va creciendo.
Cuando era un joven
maratoniano necesitaba correr, necesitaba esa clase de droga diaria, mi mente
se volvió rígida y apegada al objeto de su obsesión.
Después de incontables
carreras cortas, medias maratones y maratones la oscuridad dentro de la
oscuridad emergió, la pude entrever, me di cuenta de dónde estaba, fui
consciente y la luz brilló durante el tiempo suficiente para cambiar de rumbo,
desapegarme y pasar a otro nivel. Pasé, entonces, al ultrafondo, aquello era
otra cosa: resistencia, ritmos cómodos, carrera y marcha en espacios abiertos,
conexión con la naturaleza…
Poco a poco, sin darme
cuenta, ese algo oscuro dentro de la oscuridad ha ido creciendo, una vez más no
me he dado cuenta, pues la oscuridad es muy profunda dentro de la oscuridad. Ahora,
después de mi experiencia en mi cuarto Marathon des Sables, me doy cuenta que,
una vez más me he apegado, necesitado de aquello que sólo debe ser un
complemento, una opción entre otras.
Debí darme cuenta cuando me
he oído decir a mí mismo que era un “yonqui del desierto” como todo yonqui,
sólo puedes re-encontrarte contigo mismo cuando asumes la realidad, cuando la
oscuridad da paso a la luz de la consciencia.
No hay nada malo en desear
algo, disfrutarlo, pero la mente siempre quiere más, entonces quiere poseer ese
algo, sea un desierto o cualquier otra cosa, entonces, todo se complica y
descuadra, se pierde el equilibrio y la oscuridad te acaba envolviendo.
Seguiré amando el desierto
que tanto me ha dado cuando nada le pedí… pero de otra forma Otros espacios se
abren ante mí. Esa oscuridad los había cegado, aplacado y ninguneado.
Sonrío con la sabiduría del
idiota que es consciente de ello.
¿Cómo he podido estar tan
ciego?
La respuesta es rotunda: la
oscuridad dentro de la oscuridad es total, sólo se puede salir de ella ante el
estallido de la luz de la consciencia plena, esa para la que, no siempre,
estamos preparados, para la que hemos sido creados.
Ten presente, amigo, que
algo oscuro se esconde en la oscuridad, si quieres ver lo que es sólo has de estar
despierto, no dormirte, estar atento y consciente y, sólo entonces, quizás,
puedas ver lo que la oscuridad alberga en su interior.
Casablanca Abril 2014
Escrito desde la cara oculta
de la luna
domingo, 27 de abril de 2014
BLUES PARA LEE...
Cuando subí al Falcón Lee
estaba tumbado en su camilla, un enfermero y un médico le asistían, uno de
ellos apretaba el respirador manual de plástico que se introducía en su
garganta. Al pasar junto a él vi que era un tipo muy grande, pelirrojo y con
barba de unos cuantos días; un fuerte golpe de calor lo había tumbado en la
tercera etapa, en coma profundo. Sus manos y sus pies hinchados parecían
enormes guantes de beisbol.
Un Falcón es un avión
pequeño, un reactor rápido, pero muy pequeño; me hicieron pasar al fondo, donde
había dos pequeños asientos, muy cerca de los pies de Lee. Mi gotero llevaba
bastante tiempo obturado, el enfermero se dio cuenta de ello y me empezó a
poner bien la aguja en mi mano; mientras, Lee, roncaba rítmicamente, al ritmo
de un monitor con sus constantes vitales, luces verdes y rojas, la línea que
separa la vida de la muerte. Una banda sonora extraña que me recordó la lenta cadencia de un triste blues.
Me impresionó el olor a
muerte (es lo que pensé cuando lo sentí) que impregnaba todo; de vez en cuando
el monitor enloquecía y estallaba la locura, los sanitarios se gritaban unos a
otros como suelen hacerlo los marroquíes, parece que se van a matar entre
ellos.
El avión se disponía a
despegar hacia Casablanca; noté que un sudor frío me invadía, me estaba
desmayando, la visión de la sangre en mi camiseta en una botella de agua donde
habían drenado el gotero, los gritos, Lee, su cara. Desconecté, no se dieron
cuenta, estaban en otra cosa, creo que soñé, que estuve bien esos instantes, no
recuerdo nada pero estuve bien, en otro sitio mejor. De repente empiezo a
despertar, el rugido del Falcon al despegar mientras seguían intentando sacar a
Lee del pozo en el que se estaba introduciendo. El enfermero me miró y vió mi
cara, me levantó el pulgar y yo hice lo mismo: todo bien fue mi mensaje, estoy bien…
El viaje no duró demasiado tiempo,
una eternidad para mí, sólo pensaba que acabara ya, para que lo pudieran
atender en el hospital, pensaba: aguanta tío, aguanta y resiste joder! No sé
cuantas veces se repitió la misma secuencia, cuantas veces el monitor pasaba
del verde al rojo…la angustia y la muerte lo llenaban todo. Pero Lee resistió
cada una de las veces…
Nos suben en una ambulancia,
yo al lado de Lee, su cabeza tocada con el gorro azul, a 30 cms, me vieron muy
afectado y me cambiaron de sitio, justo al lado del conductor, hacía frío allí.
No olvidaré, ni quiero hacerlo, su cara. Por lo que pude escuchar la ambulancia
tenía la botella de oxigeno agotada lo cual supuso una enorme bronca entre el
conductor y los sanitarios
.
Al llegar al control de
aduana para enfermos nos detienen y, al parecer, uno de mis apellidos estaba
mal y no coincidía con el pasaporte, siete gendarmes dando vueltas, llamando
por teléfono, mientras tanto, a mi lado, Lee quiere marcharse, abro la
ventanilla y agarro al gendarme por el brazo le grito algo que no quiero
escribir aquí y que, por suerte, el tipo no entendió, se suelta y me dice que
suba la ventanilla con cara de mala leche.
Por fin salimos a toda
velocidad, nuestro destino: unos garajes donde cogieron una botella de oxigeno de otra ambulancia,
se la enchufan a Lee y los monitores se ponen en verde, noté una sensación de
alivio en los médicos. Salimos disparados a 130 kms por hora atravesando Casablanca, miraba al
conductor como esquivaba coches, personas, motos y pensé que si el desierto no
había acabado conmigo, lo haría el salvaje ese. Por fin llegamos a un Hospital
de Críticos, sacaron a Lee y respiré profundamente. Me llevaron a otro
hospital, ya muy tranquilos, sonreían, bromeaban entre ellos, el conductor
parecía haberse reconciliado con los otros dos, yo estaba muy lejos, a miles de
kms. de allí, me parecían extra terrestres ¿o era yo el extraño?.
Necesito sacar esto fuera, hoy
en este Hospital de Casablanca Recuerdo a Lee, pienso mucho en su familia, en
cómo estará, si habrá resistido y cómo. Me encuentro en la cara oculta de la
luna, el lugar donde se puede ver muy claro a pesar de la oscuridad que me
envuelve. Un fuerte impacto, una bala de plata se ha estrellado en mi pecho y
en mi mente. Esa noche me acompañará el resto de mi vida, esa hora donde
estamos solos, donde no hay donde esconderse, donde las palabras son un
sarcasmo ante la realidad que se impone. Quiero pensar que el bueno de Lee me
visitó en mi breve desmayo, en el sueño corto entre pesadilla y pesadilla que
me hizo saber lo que ahora sé, lo que ahora veo claro. Lo que antes valía ya no
sirve, lo que antes pensaba ya es historia, he aprendido la lección, esta
lección y sé que eso cambiará mi mundo, mejor dicho siento y sé que ya ha
cambiado.
Allá donde te encuentres,
amigo desconocido, espero que también hayas aprendido la dolorosa lección, el
aprendizaje que ambos compartimos un día de abril, sobrevolando Marruecos en
busca de nuestras vidas.
Espero que lo hayas
conseguido grandullón; desde lo más profundo de mi corazón y con el rostro
bañado en un océano de lágrimas te mando un abrazo del alma haya donde te
encuentres.
PD Lee está vivo, lo acabo de comprobar, lo he localizado en twiter, está vivo y ha salido del coma, ha resistido, espero que haya aprendido...
Casablanca Abril de 2014
Escrito desde la cara oculta
de la luna
viernes, 25 de abril de 2014
LIMONADA Y SUERO AL ANOCHECER...
Una vez que llegamos a ERRACHIDIA en el helicóptero, me
depositan en una ambulancia, eran las cuatro de la tarde más o menos. El
conductor, un tímido muchacho de mirada limpia pero huidiza, me mira de
soslayo. ¿qué pensará?. Sus ojos me dicen que no debo tener muy buena pinta.
Ponen la ambulancia a la sombra, la parte de atrás abierta, disfruto de una
maravillosa vista panorámica. Un macizo montañoso se va cubriendo de la luz
anaranjada del atardecer, las sombras se van haciendo más y más intensas.
Ocres, anaranjados y grises que se mezclan en la paleta de un cielo violeta van
despidiendo la jornada, la noche llega con su incertidumbre. Mientras espero el
avión que me ha de llevar a Casablanca me comunican que esperamos a otro
compañero del marathón de sables que viene de Merzouga, lugar donde ha sido
evacuado.
Un ruidoso director del aeropuerto intenta entablar una
conversación en una mezcla de árabe, francés y español sobre el Barcelona C.F.
como no estoy muy versado ni interesado en la conversación me da por imposible
y se va con sus bocinazos a otra parte.
Van pasando las horas y se ha hecho de noche, tengo frío, me
echo una manta por encima, me da igual la mierda que tenga y quien la haya
podido usar, ese es el menor de mis problemas. Se oye un estruendo y aterriza
un falcon, antiguo bombardero convertido en yet privado ambulancia. Al rato, su
comandante me comunica que esperamos a un compañero. Al rato, en mi soledad,
escucho voces, me parecen que hablan en español, me doy cuenta que es una
imaginación mía, en los próximos días esa sensación se repetiría muchas veces.
El conductor me ayuda a quitarme los compresores y las
polainas que, arrugadas me están matando.
Se acerca el comandante del Falcon con una limonada y una
bandeja de dulces, me bebo la limonada de un trago, mi gotero está atascado
hace rato, me doy cuenta de que no he comido desde el desayuno, devoro dos
pastelitos, me doy cuenta de que el conductor me mira mientras como , se me
quita el hambre, le doy la bandeja de pasteles y, después de decirme que no, la
devora.
Llega la ambulancia, no veo quien va en ella, me suben al
avión, y siento el olor, me ayudan a sentarme al final del avión, al fondo los
pilotos en la cabina, parpadeantes luces y sonidos zumbadores. Delante de mí,
una camilla con una persona tumbada en ella, apenas tengo espacio para mí; la
persona está entubada, con un gorro en la cabeza, liado en una especie de
sudario, amarrado, sólo se le ve la cara, las manos y un poco el pecho, es
enorme, lo ventilan manualmente y está conectado a unos monitores que parpadean
en rojo.
Me siento y cierro los ojos, la realidad se diluye se estanca
en un punto perdido, el lugar donde habitan las pesadillas, el tiempo queda
suspendido en un estado de anormalidad, como cuando despertamos de una
pesadilla o nos volvemos a introducir en ella.
El Falcón ruge y yo me diluyo en ese fragor…
Casablanca Abril de 2014
Escrito desde la cara oculta de la luna
domingo, 20 de abril de 2014
EL RECUERDO Y LAS CROCS...
Hay personas que irradian
alegría y luz, son almas limpias que nos hacen la vida más luminosa, más
llevadera. Se colaba por la haima todos los días, saludaba, abrazaba y sonreía;
un día trajo un paquete de lomo embuchado que compartió con todos nosotros.
Cometió el error de ir a
curarse las ampollas al botiquín de los franceses (podían llamarles los
carniceros del desierto). Tienen la
extraña forma de curar las ampollas: cortar, tapar y cerrar, cuando te quieres
poner las zapatillas con los pies hinchados el dolor es insoportable, muchos
han abandonado por esta razón; Rafa no lo hizo.
En la cuarta etapa de 81 kms
lo vi calzado con las crocs, envueltas en las polainas y esparadrapo, su cara
era un poema, apesadumbrado y hundido; lo abrazamos y, entonces habló: “Mi
padre murió con 44 años, esto no es nada, nada comparado con eso” una luz
brilló en su mirada, una poderosa luz, una potente fuerza lo poseyó, ya no era
la persona hundida de un segundo; su padre estaba allí. Lloramos y eso nos
liberó.
En el kilómetro 4 nos pasó
con trote extraño. Volvía a sonreir, al sobrepasarnos nos regaló una
maravillosa sonrisa que se me ha grabado en el alma, agitó la mano y nos dijo:
¡Os quiero!.
No lo volví a ver, poco
después el desierto caería sobre mí; probablemente nunca lo volveré a ver pero
recordaré su gesto amable, su forma de ser y de estar.
Estoy seguro de lo habrás
conseguido, lo vi en tu mirada, probablemente las crocs y el recuerdo hayan
sido una fórmula perfecta para que Rafa, el de la sonrisa eterna, haya llegado
donde quería.
En el camino, sobre, junto a
ti, la presencia, el calor de tu papá te habrá confortado y ayudado a
conseguirlo y eso me hace feliz en estos momentos de soledad.
Hasta siempre Hermano de la
eterna sonrisa…no la pierdas nunca.
Casablanca
Escrito desde la cara oculta
de la luna
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