Carta a un amigo, a un hermano de la arena...
Ayer completaste 30 vueltas al lago de Bañolas, 200 kilómetros; cada año por estas fechas, antes de ir a tu cita el el desierto, cumplías con el ritual. Este año ibas a llevar una ración especial para no tener que pararte a comer en la etapa non stop. Estabas animado y fuerte, a tus 69 años y con 9 ediciones del Marathon des Sables en las espaldas, estabas preparado y fuerte.
Esta era tu 10 edición todo un estandarte, un símbolo para muchos; para mi fuiste y serás, hermano, fuente de inspiración. Me enseñaste a subir las dunas, a bajarlas, a no pisar ciertas zarzas, me diste un dulce que atesorabas en tu mochila, un dulce de piñones que me costó tragar con 48 grados y la garganta ardiente, pero que agradecí como si fuera lo último que me iba a comer en la vida.
Este año, esperaba verte y compartir kilómetros y aventuras, pero esta noche ha sido tu última noche, esta noche te has marchado y nos has dejado un poco más solos. Te has dormido, tu corazón se ha parado y nuestra trsiteza es grande, la de todos aquellos que tuvimos la suerte de conocer a alguien como tú.
Me gusta pensar que hay un lugar donde los corredores, los amantes de la vida y de la naturaleza trotan y recuerdan las andanzas, las aventuras que vivieron en la etapa terrenal, me gusta pensar que hay un cielo para los buenos ultras. Te imagino andando por caminos desconocidos, con la bandera con la fotos de tus nietos, tu fuerza, tu energía cuando ya no había más que la firme determinación y el coraje de seguir adelante.
Hermano de las arenas, este año te prometo llevar tu dorsal en mi bandera, te dedicaré aquello que haga, sea mucho o poco en el desierto...
Me viene una frase a la memoria, de mi buen hermano Javier Subías:
"Los razonables han durado, los apasionados han vivido"
Está claro que tú has vivido plenamente...
Hoy es un día triste, un día amargo...sólo nos queda recordarte e inspirarnos con tu presencia, recordar tu socarrona sonrisa...
Hasta dentro de un rato hermano...