miércoles, 12 de agosto de 2009

Puertas interiores...

Un Guerrero acudió al maestro zen Hakuin y preguntó:
-¿Existen el cielo y el infierno?
-¿quien eres tú? - dijo Hakuin.
El guerrero repuso:
-Soy el principal samurai del emperador.
-¿Tú eres un samurai? con esa cara , más bien pareces un pordiosero. -exclamó Hakui.
Y este guerrero se enfadó tanto que desenvainó su espada.
Hakuin que estaba de pie frente a él, le dijo con calma:
Ahora se abren las puertas del infierno.
Al percibir la compstura del maestro, el soldado envainó su espada y se inclinó.
Entonces, Hakuin señaló:
-Y ahora se abren las del cielo.

Las puertas del cielo e infierno no están en ningún lugar del mapa; están en nuestro interior, con nuestras actitudes nos introducimos en una o en otras.
Esta es la crónica de una puerta al cielo.

Después de tener que empezar de nuevo con la Organización de la prueba, o casi de nuevo, necesité de la ayuda de mis hermanos, necesitaba un empujón para que mi motivación no decayera ni un sólo milímetro. Después de la descubierta de la Breña del domingo os puedo asegurar que estoy a cien, dentro ya de la puerta del cielo, sigo andando, paseando por su jardín.
Tienen nombres de guerra sonoros: Magua, Buda...se autodenominan guerreros románticos, cada una de las pruebas a las que van es una batalla que libran contra sus límites, no piden ser entendidos, pero entre ellos se entienden.
Conocía a algunos de otras batallas, a otros los conocí en persona, sentí el apoyo de todos ellos, cada uno me lo ofreció.
No me equivoqué con ellos, hermanos en los valores que nos unen, libraremos otras batallas Insch Allá.
Fueron 30 kilometros por un paraje excepcional; mucha arena, recorrido exigente, risas, charlas y unión.
He pasado uno de los fines de semana de campo mejores en mi recuerdo.





Espero que os guste el video, aviso: son 10 minutos, porque no he querido quitar nada.

Sed felices o, al menos intentadlo.