
La humedad carga el aire, por la mañana es como un manto que todo lo cubre; la vegetación se perla de gotas que refulgen al sol de la mañana. Un frescor interior se te mete en los huesos. Poco a poco el sol magnificente se encarga de ir calentado el interior y el exterior.
Ayer me escapé de milagro de una tromba de agua, la vi venir y pude refugiarme antes de que me cayera encima, el resultado un entreno cómodo preparatorio del de hoy; me voy a hacer cuatro horas, hoy me pondré la mochila "de verdad" y la cargaré un poco, hay que ir haciendo el cuerpo a ella.
Ayer hable con Javi de Barbastro, me di cuenta de lo desconectado que estoy de la blogofera, me habló de su nuevo proyecto y yo sin enterarme...ya os contaré.
Sed felices o, al menos, intentadlo...