sábado, 28 de enero de 2012

Zombis y el despertar...

"la prisa mata, la pachorra remata"
dicho bereber

La Vida nos proporciona buenos campos de entrenamiento para mantener nuestro instrumento afinado. Frecuentemente nos desafinamos, perdemos el centro, nos desequilibramos. Hay que aprovechar las oportunidades. Sables lo es, el desierto es una maravillosa oportunidad para enfrentarte con quien realmente eres, por eso engancha. Allí no existe más que la inmensidad y la necesidad de seguir adelante, completar cada uno de los retos que cada día el desierto te exige.

Hay quien lleva al desierto el estrés de su vida cotidiana y lo multiplica por cien, van pegados a sus marcas y tiempos, no disfrutan más que de lo que debe ser, de las expectativas, cubiertas o no. Son los que yo llamo zombis, lo son en la ciudad y, por supuesto, lo siguen siendo en el desierto. A veces en la tercera o cuarta etapa, algunos zombis se despiertan y es una gozada ver como lo hacen. Ves sus caras demacradas, los ojos con una mirada especial que te están diciendo: "ahora lo entiendo"...

La paciencia, la aceptación de los ritmos que la vida nos impone en cada momento es algo difícil de identificar, en el desierto es primordial, si quieres forzar el ritmo acabas sin fuerzas, exhausto y preguntándote ¿qué ha pasado?, si por el contrario te demoras demasiado, el desierto acaba aplastándote, el dicho bereber es la búsqueda del centro, equilibrio, medio...
Mentalmente hay que trabajar mucho para no caer en uno y otro extremo, el ser humano actual no está acostumbrado a bailar al ritmo de la naturaleza, por eso, ir allí es importante para mí.
No sólo el desierto es la única sala de baile para unirse con los ritmos de la naturaleza, es, simplemente, un lugar extremo para bailar, te hace falta menos tiempo para conectar; lo podemos hacer en cualquier lugar que nos exija, sin distracciones, la conexión con nosotros mismos, la exigencia física y mental de un fuerte reto y el sentirnos que formamos parte de un entorno natural que nos absorbe hasta el punto que nuestra identidad se difumina en un Gran Vacío lleno de contenido...

Mañana me voy a unificarme con la Gran cuesta, mide un kilometro, el primer día hice tres subidas, mañana intentaré subirla seis o siete veces...cualquier sitio vale, todo suma, el desierto se acerca...

Sed felices o, al menos intentadlo...

2 comentarios:

  1. Cada una de tus entradas son una gran bocanada de aire fresco! me encantan!
    Esa sintonía con la naturaleza es lo que busco y esa aceptación de los ritmos que la vida nos impone son difíciles de identificar, pero allí voy luchando día a día :-)
    Nunca cambies y no dejes de escribir!
    un fuerte abrazo,
    bss
    Tania

    ResponderEliminar